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Cuidados de la Piel

Las toxicidades dermatológicas relacionadas con los tratamientos para el cáncer de mama son comunes y afectan significativamente al bienestar y calidad de vida de las pacientes, pudiendo incluso llegar a interrumpir el tratamiento oncológico. Para prevenir los efectos secundarios es fundamental educar a las pacientes en el cuidado eficaz de la piel basándose en la evidencia e  incluyendo la limpieza, hidratación y fotoprotección. El manejo eficaz de las toxicidades implica la participación de un equipo multidisplinar del ámbito hospitalario y de Atención Primaria. (1,2).

Los tratamientos hacen que la piel se vuelva mas sensible y puede aparecer mayor xerosis, descamación, picores e irritaciones, fotosensibilidad e hiperpigmentación.

Rutinas de autociudado antes y durante el tratamiento

  • Duchas cortas y a temperatura templada.
  • Jabones que respeten el pH de la piel.
  • Secado con toques suaves y sin frotar.
  • Usar cremas hidratante y emolientes sin aditivos, fragancias ni agentes sensibilizantes, con un pH neutro y fáciles de aplicar al menos dos veces al día.
  • Aplicar mínimo dos veces al día.
  • Fotoprotección factor 50 UVB/UVA.
  • Usar ropa de algodón suave, cómoda y suelta.

Conductas a evitar durante el tratamiento:

  • No exponer la piel al frio y al sol.
  • No bañarse en piscinas, spas, si la piel no está intacta.
  • No aplicar productos exfoliantes o regeneradores como vitamina C o retinol, ni productos despigmentantes.
  • Evitar el uso de guantes de crin y esponjas.
  • No usar productos que contengan alcohol, perfume o detergentes.
  • Se desaconsejan los tatuajes decorativos.
  • Evitar procedimientos estéticos como peeling químico, laser o depilación.
  • Se recomienda depilación eléctrica durante el tratamiento activo. No usar ceras ni cremas depilatorias.
  • No usar autobronceadores ni el bronceado en cabinas.